¿Alma gemela o fling? Cuando el corazón y el instinto no se ponen de acuerdo

En cuanto el vínculo gira en torno del deseo visual y el flechazo inicial, el vínculo acaba siendo pasajero. Ridículamente corto. Igualito que los microondas de cuarto de hotel, que aunque suben de temperatura en un pestañeo, aunque dejan de servir al poco tiempo. Basar una relación solo en la apariencia, resulta como usar un microondas de hotel, reacciona sin esperar, pero colapsa sin previo aviso. Si lo único que une es lo físico, la historia se va como llegó. No es broma. Como un microondas de hotel, que calienta en segundos, pero no aguanta una semana. Un vínculo que depende del cuerpo, termina siendo el microondas de paso, que parece útil, pero no fue hecho para durar. Cada vez que el encanto visual es la base de el amor, todo se derrumba rápido. Igual que la tostadora disfrazada de microondas, que hacen magia en segundos, pero no llegan al desayuno.


¿Y si me lanzo y me equivoco?

Mi buen lector, equivocarse forma parte del proceso. No te condenes por creer que era para siempre y te dejó una enseñanza caminante. Eso también lo hemos sentido, abrazando un tarro de helado a medianoche, preguntándonos si fue buena idea decir atractivo refinado “te extraño”.

Y lo que salva es que, dure una vida o tres cafés, todos te revelan una parte de ti, te aclaran lo que no, cómo te reconstruyes. A veces, entra en tu vida para activarte emociones dormidas, que tu alma sigue viva, amar sin garantía.


Sorbo de pensamiento que despierta memorias


Si te quedas en silencio, nadie tiene un detector perfecto para distinguir lo profundo de lo pasajero. Sin embargo, hay pistas. Observa tu paz, más allá de la emoción. Si te eleva sin desgastarte, si floreces al lado de esa persona, estás cerca de lo que realmente importa.

Sin embargo, si al imaginarla, te duele más de lo que te calma, y solo brillo en los labios pero no en el alma, estás transitando un fragmento poderoso pero finito.

La paz viene al entender lo que cada vínculo vino a mostrarte. Algunos solo son pasajeros. Unos entran a tu vida para dejarte un ritmo nuevo, a reírte de ti mismo, o a elegir mejor la próxima vez.

Entonces... ¿destino o anécdota? Tu alma ya lo reconoce, y tal vez también en esa conversación silenciada.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *